Chef Simón Alcivar
La paradoja de la cocina ecuatoriana
Simón
Alcivar es actualmente coordinador del Centro Gastronómico de la Universidad de
los Hemisferios. Estudió un año artes culinarias en la misma universidad,
después fue al Cordon Bleu de Perú, en Lima, por 3 años a terminar la carrera.
Regresó y trabajó en varios restaurantes, por ejemplo: Teatrum del Teatro
Sucre, Sitio Grill, Elsas, Arrayanes Country Club, Barlovento. Se dedica a
cocinar platos de sal calientes o fríos, aunque sabe cocinar un poco de todo.
Cree que para saber cocinar bien, lo que más sirve es la experiencia, los
estudios dan la técnica, pero la experiencia da respuestas a problemas.
El
chef, al hablar de comida ecuatoriana, se refirió a la misma como una de las
cocinas más diversas que se puede encontrar a nivel internacional. Cree esto no
porque sea ecuatoriano, sino porque estudió en un país donde la gastronomía ha
sabido ganarse los mercados internacionales y, sin embargo, no es tan diversa. En
Perú, la mayoría de platos criollos salen de dos ciudades: Lima y Arequipa. En
Ecuador, casi todas las ciudades y pueblitos tienen sus propios platos, muchos de
los cuales son exportables. La cocina ecuatoriana tiene mucha más variedad:
Ibarra, Tulcán, Loja, Guayaquil, Quito, Santo Domingo, todos tienen platos
propios de la zona, y además, como dijo el chef, son deliciosos.
Sin
embargo, a pesar de esta riqueza cultural, con el paso de los años, muchos de
estos platos o bebidas, se han perdido, o en todo caso, han perdido importancia.
Un ejemplo de esto es el canelazo, ahora es únicamente servido en fiestas de
Quito. Esta es una de las razones por las que la comida ecuatoriana no ha
trascendido internacionalmente.
Esta
importancia de ciertos platos se ha perdido porque se ha perdido el cariño por
lo propio, y al perder el amor real por lo ecuatoriano, se pierden muchas
cosas. El gastrónomo piensa que en el Ecuador, las personas prefieren ir a
comer comida extranjera, “cuando salen, se va a comer a restaurantes peruanos,
franceses, italianos, japoneses, etc. Pero no vamos a comer lo nuestro.” En
otras partes del mundo, su comida es lo
principal del país y eso es lo que comen siempre. Si habría más cariño por lo criollo,
la comida tomaría más importancia y sería más exportable.
Además
de esto, para que la cocina ecuatoriana sea más reconocida internacionalmente,
Alcivar cree que hace falta unión y trabajo entre los cocineros ecuatorianos. En
un país tan pequeño, que todavía está en pañales en cuestiones de
internalización de su gastronomía, si los pocos
cocineros que hay están divididos, la comida nacional nunca surgirá. Un ejemplo
clarísimo son las ferias gastronómicas. En otras partes del mundo, hacen ferias
donde la entrada cuesta aproximadamente $10 (Perú por ejemplo, con su feria
Misturi), por lo tanto, todos tienen acceso a probar qué están haciendo tanto
los chefs top del país, como los más chefs que tienen un alcance menor. Además,
en estas ferias se dictan conferencias
todo el día, éstas son realizadas por gente muy de peso en el área culinaria
como Ferrán Adrià y Albert Adrià. En Ecuador, las ferias cuestan $400 por 3
días y están invitados las personas privilegiadas del país. Esto se da por la
falta de colaboración entre los chefs locales, aclaró Alcivar. Por lo tanto, la
falta de unión de todos los chefs afecta al país pues no todos pueden conocer la
cocina criolla, lo que implica que la gastronomía ecuatoriana no se levante ni
crezca. “Si nosotros los cocineros no nos unimos y no sabemos aplaudir al de al
lado, nunca vamos a mejorar.” Esto es respetar a la comida ecuatoriana, la de
todo el país, no la de chef un chef en específico. Mientras más unión haya, más
lejos se puede llegar, agregó el chef.
Alcívar
cree que la comida nacional no ha tenido mayor evolución, solamente una
evolución normal que puede tener cualquier cocina. Está empezando a evolucionar,
sin embargo, no por ecuatorianos, sino por franceses, italianos, españoles,
etc. Esto beneficia en cierto sentido al país, pues su comida evoluciona, pero, de igual manera, afecta a los cocineros
ecuatorianos. Aumentó que los extranjeros tienen una visión diferente de la
comida, y los futuros chefs locales van a tener menos reconocimiento, pues prefieren
ser educados por chefs extranjeros y no nacionales. La paradoja está en que
ellos van a ser chefs ecuatorianos.
Por
último, mencionó que las fusiones entre comida nacional y extranjera aportan
mucho, hacen que sean más conocidas y tengan un mayor alcance internacional. La
fusión entre culturas hace que la gastronomía sea más diversa, más rica y más
emocionante. Los chefs deben fusionar la técnica aprendida con productos
nacionales. Esto hará de la cocina ecuatoriana algo mucho más valioso.